El también conocido como gallo azul (debido a su color azulado), es el más grande de nuestros rálidos. Puede volar, aunque trayectos cortos y con las patas colgando y sus largos dedos le sirven para sujetar los tallos largos de carrizo elevándolos y acercándoselos al pico. Se trata de un ave que podemos escuchar resonar por las noches con su voz que nos recuerda al sonido de una trompeta. Vamos a ver esta esquiva ave de pico rojizo.