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La berrea del ciervo

Un año más se ha dado fin a ese periodo mágico en el que un paseo por el campo supone deleitarte con uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza, la berrea. Tras las primeras lluvias otoñales, al atardecer, los ciervos de mayor tamaño acuden a emitir su llamada hacia las hembras, su llamada de amor, se da así comienzo a la época de la berrea. 
Durante esta época, los machos abandonan su grupo y se trasladan a zonas clásicas de berrea siguiendo a un grupo de hembras mientras mantienen alejados a los competidores o defendiendo un terreno y cortejando a las hembras que se encuentren en él. Los machos luchan entre ellos exhibiendo su fuerza a las hembras y es un periodo en el que comen muy poco y sufren un gran desgaste. Es curioso como la duración del bramido del macho está relacionado con la capacidad de este para luchar, lo que en ocasiones evita algunas contiendas.
La berrea ha finalizado ahora es tiempo de que los ciervos vuelvan a coger fuerzas y a recargar la energía para que el año que viene podamos volver a disfrutar de este espectáculo.







Ciervo común (Cervus elaphus)

Este majestuoso y esbelto animal es una especie bastante extendida en el Hemisferio Norte. Posee un pelaje pardo, de tonalidades grises en invierno y rojizas tras recibir el sol del verano. El macho tiene un tamaño mayor que la hembra y además posee una cornamenta, que suele mudar todos los años.  El tamaño de las cuernas no va a depender exclusivamente de la edad, por lo que no se puede determinar la edad de un ciervo por su cornamenta, ya que el tamaño de las mismos depende de otros factores como la alimentación, la salud o la herencia biológica. Sin embargo,  el tamaño y número de puntas de las cuernas tiende a aumentar con los años si el animal está sano y bien alimentado. Un estudio ha determinado que el tamaño de las cuernas y complejidad de las mismas guarda una relación directa con su fertilidad.
Los machos generalmente son solitarios, mientras que las hembras junto con los ejemplares jóvenes suelen agruparse en rebaños encabezados en sus desplazamientos por la hembra adulta dominante.
Es todo un espectáculo escuchar la berrea que se da de septiembre a octubre en la que el macho se centra solo en su apetencia sexual, dejando incluso de comer, enfrentándose a otros machos en fuertes combates.