Ya están de vuelta nuestras amigas las zancudas, llega la época en la que podemos disfrutar de esa familiar y tradicional silueta de la cigüeña en torres y campanarios.
El primero en hacer su llegada suele ser el macho y pocos días después hace su aparición la hembra, ya que el nido es el mayor vínculo de unión entre ambos, en el cual hacen su reencuentro tras la migración. Una vez en el nido, comienza la reconstrucción del mismo, por lo que en esta época es común ver a las cigüeñas en un incesante acarreo de material, mientras que un miembro de la pareja suele vigilar en el nido para que dicho material no sea robado por otra cigüeñas.
Tras reconstruir el nido, se da inicio a la cópula y a finales de marzo y abril, la hembra pone los huevos, turnándose ambos cónyuges en su incubación.
Aproximadamente 33 días más tarde nacerán los primeros cigüeñinos, los cuales alcanzarán casi el tamaño de sus padres en tan solo un mes y medio, esto será gracias a la dieta tan variada que le irán proporcionando. Sin embargo, no siempre todos los pollos salen adelante, siendo el peor parado el último en nacer, esto dependerá de si en ese año hay o no escasez de alimentos.
Aproximadamente 33 días más tarde nacerán los primeros cigüeñinos, los cuales alcanzarán casi el tamaño de sus padres en tan solo un mes y medio, esto será gracias a la dieta tan variada que le irán proporcionando. Sin embargo, no siempre todos los pollos salen adelante, siendo el peor parado el último en nacer, esto dependerá de si en ese año hay o no escasez de alimentos.
Damos paso a esa época en la que el crotoreo de las cigüeñas nos anunciarán la llegada de la primavera.
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